domingo, 6 de abril de 2008

( Cotidiano ) La Ceremonia


Domingo al atardecer,
unabuena película...
Atravieso la casa rumbo a la cocina en un ritual indiscutido y eterno.
Bajo lentamente la palanca del gas, giro la perilla de la cocina, busco en la alacena una sartén desvencijada, mi preferida, coloco en ella un generoso chorro de aceite, subo el fuego, abro el grifo y lavo bajo el agua rabiosa las girgolas, los champignones y los portobello, los escurro suavemente casi con respeto, despacio los coloco en la sartén, en el instante justo en que el aceite está en su punto excato, los muevo levemente meciendo el recipiente a uno y otro lado.
El aroma es incoparable, un movimiento más y termina la cocción.
Pongo todo en un gran plato (pintado a mano) comprado en un mercadito de pulgas,
luego, apenas una lluvia de sal sobre los hongos, una copa del mejor tinto aguardando a un lado del plato.
La Ceremonia ha comenzado.

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