Dos Gotas
Los bosques ardían
y ellos en sus cuellos enredaban los brazos
como ramos de rosas
la gente corría a los refugios
la gente corría a los refugios
él decía que su esposa tenía cabellos
en los que uno podía esconderse
cubiertos con una sola manta musitaban impúdicas palabras
cubiertos con una sola manta musitaban impúdicas palabras
la letanía de los amantes
Si la cosa se ponía fea saltaban en los ojos del otro
Si la cosa se ponía fea saltaban en los ojos del otro
y los cerraban con fuerza
con tanta fuerza que no sintieron el fuego
con tanta fuerza que no sintieron el fuego
que alcanzaba sus pestañas
hasta el final fueron audaces
hasta el final fueron audaces
hasta el final fueron fieles
hasta el final fueron parecidos
como dos gotas detenidas al borde de la cara
(1956)
De “Informe desde la ciudad sitiada y otros poemas” (Editorial Hiperión, 1993)Versión de Xaverio Ballester
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